jeudi 16 juin 2016

DE LA NECESIDAD DE UNA MORATORIA DE LOS PROYECTOS EXTRACTIVISTAS

Version française ci-dessous - versión en francés a continuación

El 15 de junio de 2016, nos movilizamos en el mundo para exigir verdadera justicia, o sea una investigación independiente y exhaustiva, en el caso del asesinato de la lideresa Lenca y cofundadora del COPINH, Berta Cáceres. Asesinaron a Berta por sus compromisos socio-ambientales y sobre todo por encabezar la resistencia frente al proyecto hidroeléctrico Agua Zarca (Ver enlace).
 
 
réunion publica en el "Lieu-dit" este miercoles 15 de junio
 
 
 
En el marco de este día consagrado al caso de Berta Cáceres, se organizó una reunión pública para informar sobre las luchas de las comunidades autóctonas y campesinas en América Latina. Presentamos el caso de Curuguaty (Paraguay), un enfrentamiento en el que murieron 17 personas (11 campesinos y 6 policías) el 15 de junio del 2012. La tesis oficial que pretende que los campesinos emboscaron a los policías no tiene fundamento, sin embargo, el hecho fue uno de los elementos clave en el proceso de destitución (golpe parlamentario) contra el presidente democráticamente electo Fernando Lugo. Presentamos, por supuesto, el caso de la resistencia contra la hidroeléctrica Agua Zarca en Honduras y todos los mecanismos y estrategias que usan las empresas extractivas y los gobiernos para imponer sus proyectos.
 
Mensaje de solidaridad desde Celendin "Berta vive"
 
Como Berta, estos últimos 20 años, en todo el continente latinoamericano, centenares de líderes de comunidades, ecologistas, activistas socio-ambientales y hasta periodistas pagaron con su vida sus compromisos con la defensa de sus comunidades, de sus territorios contra los nuevos invasores y colonizadores: las empresas extractivas. También, centenares sufrieron los peores atropellos, violencia, amenazas de muerte, torturas sicológicas increíbles, hostigamiento permanente y eso durante años, como ha sido el caso de Máxima Acuña y su familia. Centenares, fueron heridos en las brutales y sangrientas represiones de la policía, muchos con invalidez permanente como es el caso de Elmer Campos herido de bala el 29 de noviembre del 2011 y que tiene que vivir en silla de ruedas.
 
 
 
Comunidades autóctonas del Ecuador piden una moratoria de las concesiones mineras, después de la publicación del mega-plan de concesiones mineras del ministerio de minería(Ver enlace). Cabe recordar que el Ecuador es un país densamente poblado (15 millones de habitantes y una superficie de 283560 km2), con un importante número de comunidades campesinas y autóctonas.

El destino de América Latina, ha sido siempre de suministrar materia prima al resto del mundo y eso, desde el descubrimiento del continente por los europeos, como lo recuerda Eduardo Galeano en su famoso ensayo “las venas abiertas de América Latina”. Los intentos para diversificar las actividades económicas no sobrevivieron a la gran ola neoliberal que empezó en los años 1990-2000.  Cabe notar que si las grandes potencias industriales de América del Norte, de Asia y de Europa, impusieron y siguen imponiendo este modelo económico en América Latina, los gobiernos de turno y las oligarquías de Latinoamérica nunca se opusieron, al contrario, lo apoyaron siempre y, hoy lo imponen por la fuerza.


 

El extractivismo, con una visión a muy corto plazo, parece traer una multitud de ventajas, empezando por una renta muy elevada, sobre todo cuando los precios de las materias primas son muy elevados. No es casualidad, si la gran ola neo-liberal empezó con el nacimiento de una nueva súper-potencia industrial a partir de los años 90, China, cuyo crecimiento mantuvo un nivel muy elevado de los precios. Entonces, porque no aprovechar de esta bonanza y los gobiernos latinoamericanos se concentraron sobre la extracción de materia prima como actividad primordial. Sin embargo, la bonanza no duró y reveló la gran debilidad del modelo, la caída del precio del barril de petróleo de $100 a  menos de $40 ha provocado el hundimiento de algunas economías muy dependiente del petróleo, como fue el caso de Venezuela y Ecuador. La economía peruana, muy dependiente de los precios de los minerales, en particular del cobre, sufrió también de la caída de los precios y del frenazo de la economía china. El extractivismo es una trampa mortal o un cáncer, primero porque destruye poco a poco las otras actividades económicas, segundo porque el extractivismo obliga siempre a más extractivismo, con las caídas de los precios, la deuda externa vuelve a crecer y para mantener el sistema, como no hay actividades alternativas y suficiente diversificación, una sola solución: aún más extractivismo.

El extractivismo, con todas sus manifestaciones, explotación minera, explotaciones petroleras, grandes monocultivos, agrobusiness y las necesarias infraestructuras que lo acompañan, en particular las hidroeléctricas, cuya meta principal es el suministro de energía a la gran minería, constituye una tremenda amenaza contra la agricultura y la salud. La contaminación de las aguas y las enfermedades vinculadas con dicha contaminación, en particular, las enfermedades debidas a la contaminación con metales pesados, están progresando exponencialmente desde hace 20 años. Por las expropiaciones y la contaminación de las aguas y de de los suelos, los países van perdiendo poco a poco su soberanía alimentaria y miles de campesinos pierden sus medios de subsistencia.


 
 
El extractivismo está destruyendo la Amazonia, el más importante pulmón verde del planeta, el más grande pozo de carbono y uno de los elementos clave en la regulación climática. Deforestación, monocultivos de caña y de palma aceitera (ver enlace), minería legal o ilegal con su tala y su mercurio, explotación petrolera y sus constantes derrames de productos tóxicos (Ver enlace), así es el destino de la más extraordinaria selva del mundo, este drama se ha vuelto planetario. Si se quiere acatar los objetivos de la COP21 ratificada en diciembre del 2015, todo el petróleo de la Amazonia debería quedarse bajo tierra, la deforestación debería detenerse y, obviamente, no es el caso, al contrario la destrucción se acelera.
 



Por eso, los que viven en primera línea y padecen directamente las consecuencias, las comunidades autóctonas y campesinas, a lo largo y ancho del continente, empezaron a resistir frente al cataclismo extractivista. Por eso los gobiernos, aferrados a su modelo económico insostenible, empezaron a reprimir y a  criminalizar. Una economía basada en el extractivismo no es viable, es una impostura, una búsqueda de una renta fácil y una alocada y perpetua huida hacia adelante. El extractivismo está transformando a los países en basureros tóxicos, está acabando con los pulmones verdes del planeta, está contribuyendo gravemente al calentamiento global, está creando situaciones irreversibles.
 
Transformar regiones enteras en desiertos tóxicos no puede decentemente llamarse desarrollo. Pero criticar a los gobiernos no basta, todos debemos tomar conciencia de lo que está pasando y del futuro que nos espera y sobretodo del futuro que espera a nuestros hijos y nietos, el problema es ante todo una batalla de las conciencias, una batalla para las generaciones futuras. Una nota positiva, en el 2005, 90% de las personas veían en la mega-minería un factor de progreso fundamental, hoy ya no es el caso y la resistencia está ganando terreno, sin embargo nos queda aún un largo camino por recorrer.


Frente a la embajada de Honduras en Paris


Version française - versión en francés

Le 15 Juin, 2016, nous nous sommes mobilisés  dans le monde entier pour exiger la vraie justice, c'est-à-dire une enquête indépendante et approfondie sur l’assassinat de la dirigeante Lenca et cofondatrice du COPINH, Berta Caceres. Berta a été assassinée pour ses engagements sociaux et environnementaux et en particulier pour mener la résistance contre le projet hydroélectrique Agua Zarca.

Dans le cadre de cette journée consacrée au cas de Berta Caceres, nous avons organisé une réunion publique pour faire le point sur les luttes des communautés autochtones et paysannes en Amérique latine. Nous avons présenté le cas de Curuguaty (Paraguay), où sont mortes 17 personnes (11 paysans et 6 policiers), le 15 Juin 2012. La thèse officielle qui prétend que les paysans ont tendu une embuscade à la police n'a pas de fondement, cependant, le fait fut un des éléments clés dans le processus de destitution (coup d'Etat parlementaire) contre le président démocratiquement élu Fernando Lugo. Nous avons présenté le cas de la résistance contre le barrage Agua Zarca au Honduras et tous les mécanismes et stratégies qu’utilisent les entreprises extractives et les gouvernements pour imposer leurs projets.

Comme Berta, les 20 dernières années, à travers l'Amérique latine, des centaines de dirigeants communautaires, des écologistes, des militants sociaux et environnementaux et même des journalistes ont payé de leur vie leur engagement pour la défense de leurs communautés, de leurs territoires contre les nouveaux envahisseurs et colonisateurs: les entreprises extractives. En outre, des centaines ont subi les pires abus, violence, menaces de mort, des tortures psychologiques incroyable, harcèlement constant et ce pendant des années, comme cela a été le cas de Maxima Acuña et sa famille. Des centaines ont été blessées dans les répressions brutales et sanglantes, beaucoup avec une incapacité permanente comme Elmer Campos blessé par balle le 29 Novembre 2011 et qui doit vivre dans un fauteuil roulant.

Le sort de l'Amérique latine a toujours été de fournir des matières premières au reste du monde et ce, depuis la découverte du continent par les Européens, comme l'a rappelé Eduardo Galeano dans son célèbre essai «les veines ouvertes de l'Amérique latine». Les tentatives visant à diversifier les activités économiques n'ont pas survécu à la grande vague néolibérale qui a commencé dans les années 1990-2000. Notez que si les grandes puissances industrielles en Amérique du Nord, en Asie et en Europe, ont imposé et continuent d’imposer ce modèle économique en Amérique latine, les gouvernements successifs et les oligarchies d'Amérique latine ne se sont jamais opposés, au contraire, ils l’ont toujours soutenu et, aujourd'hui ils l’imposent par la force.

L’extractivisme, avec une vision à très court terme, parait apporter une multitude d'avantages, à commencer par un revenu très élevé, en particulier lorsque les prix des matières premières sont très élevés. Ce n’est pas un hasard, si la grande vague néo-libérale a commencé avec la naissance d'une nouvelle superpuissance industrielle dans les années 90, la Chine, dont la croissance a maintenu un niveau très élevé des prix. Alors pourquoi ne pas profiter de cette manne et les gouvernements latino-américains ont axé leurs économies sur l'extraction des matières premières comme activité primordiale. Toutefois, le boom n'a pas duré et a révélé la faiblesse du modèle, la baisse du prix d'un baril de pétrole de 100 $ à moins de 40 $ a provoqué l'effondrement de certaines économies très dépendantes du pétrole, comme ce fut le cas avec le Venezuela et l'Equateur. L’économie du Pérou très dépendante des prix des minéraux, en particulier le cuivre, a également souffert de la baisse des prix et le ralentissement de l'économie chinoise. L’extractivisme est un piège mortel ou un cancer, d'abord parce qu’il détruit progressivement les autres activités économiques, d'autre part parce que le extractivisme exige toujours plus d'extractivisme, avec les baisses des prix, la dette extérieure croît et pour maintenir le système, comme il y a pas de diversification suffisante et d'autres activités, une seule solution: encore plus d’extractivisme.

L’extractivisme, avec toutes ses manifestations, les mines, les champs de pétrole, les grandes monocultures, l'agro-industrie et ses nécessaires infrastructures d'accompagnement, notamment les centrales hydroélectriques, dont le principal objectif est d'alimenter en électricité le secteur minier, est une menace énorme pour l’agriculture et la santé. La pollution de l'eau et les maladies liées a la contamination, en particulier des maladies dues à la contamination par des métaux lourds progressent de façon exponentielle depuis 20 ans. A cause des expropriations et de la pollution de l'eau et le sol, les pays perdent progressivement leur souveraineté alimentaire et des milliers d'agriculteurs perdent leurs moyens de subsistance.

L’extractivisme est en train de détruire l'Amazonie, le plus important poumon vert de la planète, le plus grand puits de carbone et l'un des éléments clés dans la régulation du climat. La déforestation, la monoculture de la canne à sucre et du palmier à huile, l'exploitation minière légale ou illégale, avec ses coupes forestières et son mercure, l'exploitation du pétrole et les déversements constants de produits toxiques, tel est le sort de la forêt tropicale la plus extraordinaire dans le monde, ce drame est devenu planétaire . Si vous voulez respecter les objectifs de la cop21 ratifié en Décembre 2015, tout le pétrole en Amazonie devrait rester sous terre, la déforestation devrait être arrêtée et, évidemment, ce n’est pas le cas, au contraire, la destruction accélère.
Par conséquent, ceux qui vivent sur la ligne de front et en subissent les conséquences directement, les communautés autochtones et paysannes, partout à travers le continent ont commencé à résister au cataclysme extractiviste. Bien sûr, les gouvernements, cramponné à leur modèle économique ont commencé à réprimer et criminaliser. Un système fondé sur l'économie extractiviste n’est pas viable, c’est une imposture, une recherche d'un revenu facile et une fuite en avant perpétuelle.

L’extractivisme, c’est transformer des pays en décharges toxiques, c’est la destruction des poumons verts de la planète, c’est contribuer gravement au réchauffement de la planète. Transformer des régions entières en déserts toxiques ne peut pas être appelés développement. Mais critiquer les gouvernements ne suffit pas, nous devons tous être conscients de ce qui se passe et l'avenir qui nous attend et surtout l'avenir qui attend nos enfants et petits-enfants, le problème est avant tout une bataille des consciences, une bataille pour les générations futures. Une note positive, en 2005, 90% des gens voyaient dans les mégaprojets miniers un facteur de progrès fondamental, aujourd'hui ce n’est plus le cas et la résistance gagne du terrain, mais nous avons encore un long chemin à parcourir.
 

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